El concepto de dar nombre a las colecciones está tomado de la alquimia practicada por el conde Vasili Dunin-Barkovsky en el siglo XVII. Estos experimentos dieron lugar a leyendas sobre su esencia vampírica.
El nombre de la colección simboliza la idea del comienzo, porque el comienzo de cada persona es diferente y tiene su propia singularidad.